#: locale=es-ES
## Tour
### Descripción
tour.description = Árbore Arqueoloxía
### Título
tour.name = Lobarzán
## Skin
### Botón
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### Texto Multilínea
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GALERÍA AL BÚBAL
La mole del Penedo do Gato es visible desde gran distancia, pero no así las pinturas que están en el interior de una cavidad granítica, siendo necesario para verlas introducirse corporalmente en el interior. Es difícil acceder a ellas, con un descenso de vértigo por la ladera del monte y luego a través de estrechos corredores.
Las galerías son un sistema vivo formado por el juego de los bloques de granito en equilibro, que podrían haber sido ligéramente distintos en la prehistoria. Pero, en todo caso, las pinturas las hicieron en lugares con espacio y mobilidad reducidas, donde no es posible congregar a una gran audiencia y que obliga a determinadas posiciones corporales.
Las pinturas del Panel 1, con el gran antropomorfo de brazos en cruz, están sobre una pared inclinada pero a la intemperie de la peña. La galería acaba en una peligrosa caída de casi cinco metros al vacío, como una ventana abierta al paisaje sobre el valle del río Búbal, donde se encuentra el manantial de aguas termales de Requeixo. A lo lejos, la penachera es la silueta erguida de la Serra do Larouco. La incidencia de la luz del sol y de la luna también es variable, por lo que la localización de las pinturas en esta galería abierta también podría relacionarse con el paisaje celeste.
Los trazos de los Paneles 2 y 3, están en un pasadizo oscuro y tan sumamente estrecho, que apenas cabe una persona sentada, no siendo descartable un uso funerario de este espacio.
Finalmente, en el caso del Panel 4, el trazo en codo asemeja un "trazo perdido", próximo a un gran molino de vaivén desplazado lateralmente en medio del lecho de piedras.
El lugar aún se encuentra en fase de estudio, y para conocer aspectos más concretos de los posibles usos de estas singular cavidad es necesario seguir desarrollando los proyectos en curso.
La mole del Penedo do Gato es visible desde gran distancia, pero no así las pinturas que están en el interior de una cavidad granítica, siendo necesario para verlas introducirse corporalmente en el interior. Es difícil acceder a ellas, con un descenso de vértigo por la ladera del monte y luego a través de estrechos corredores.
Las galerías son un sistema vivo formado por el juego de los bloques de granito en equilibro, que podrían haber sido ligéramente distintos en la prehistoria. Pero, en todo caso, las pinturas las hicieron en lugares con espacio y mobilidad reducidas, donde no es posible congregar a una gran audiencia y que obliga a determinadas posiciones corporales.
Las pinturas del Panel 1, con el gran antropomorfo de brazos en cruz, están sobre una pared inclinada pero a la intemperie de la peña. La galería acaba en una peligrosa caída de casi cinco metros al vacío, como una ventana abierta al paisaje sobre el valle del río Búbal, donde se encuentra el manantial de aguas termales de Requeixo. A lo lejos, la penachera es la silueta erguida de la Serra do Larouco. La incidencia de la luz del sol y de la luna también es variable, por lo que la localización de las pinturas en esta galería abierta también podría relacionarse con el paisaje celeste.
Los trazos de los Paneles 2 y 3, están en un pasadizo oscuro y tan sumamente estrecho, que apenas cabe una persona sentada, no siendo descartable un uso funerario de este espacio.
Finalmente, en el caso del Panel 4, el trazo en codo asemeja un "trazo perdido", próximo a un gran molino de vaivén desplazado lateralmente en medio del lecho de piedras.
El lugar aún se encuentra en fase de estudio, y para conocer aspectos más concretos de los posibles usos de estas singular cavidad es necesario seguir desarrollando los proyectos en curso.
En el Outeiro do Castelo hay muchas historias ancladas en el paisaje y en los topónimos, creando la cartografía mítica del territorio. Cuentan que los "mouros" vivieron en la Cova do Castelo o "El Túnel" de Lobarzán, que tendría una salida hacia el río Búbal. Otros dicen que los "mouros" que vivían en las Laxes das Chás, tenían un túnel que comunicaba con los de Medeiros cuando querían "robarle caballos o secuestrar a chicas jóvenes".A estos lugares habitados por los "mouros", o a peñas donde se asomaban las "mouras" encantadas, se asocian los "tesoros" que era preciso desencantar, a veces con la magia de la palabra declamada, y las palabras escritas en el gran libro de San Cipriano o Ciprianillo. Con un modesto farol de aceite, y a medianoche, se acercaban temerosos a estos lugares para romper las piedras en busca de oro.
Cuentan que cerca del pico más alto del recinto cercado conocido por O Castelo, existe una peña, al parecer insculturada, que las gentes del entorno conocen por "O Penedo do Gato". El "gato" está mirando hacia el lugar donde se encuentra sepultado un tesoro fabuloso que espera el momento de ser rescatado mediante la ejecución de determinadas ceremonias. En una ocasión, un vecino dispuesto a desencantar el tesoro fue al lugar que el "gato" señala con su mirada, cavo durante un buen espacio de tiempo, aparto una piedra y debajo de ella encontró dos salamandras terriblemente feas. Las recogió en un saco blanco que llevaba consigo y, al llegar al pueblo, las tiró dentro del patio de la casa de uno de sus hermanos con el que no se llevaba bien para que allí se produjesen los males más horrendos. Al día siguiente las dos salamandras eran dos barras de oro. Eso cuenta la tradicion.
Las leyendas hablan de tesoros, pero los relatos y las narrativas que las sociedades crean sobre el territorio, son el autentico tesoro de nuestra cultura.
La visión 360 varía de color, apareciendo una versión tratada con el programa DStrecht. Esta realza los colores rojos de las pinturas identificadas e indicadas en la visita virtual.
La visión 360 varía de color, apareciendo una versión tratada con el programa DStrecht. Esta realza los colores rojos de las pinturas identificadas e indicadas en la visita virtual.
O PENEDO DO GATO
En el Outeiro do Castelo hay muchas historias ancladas en el paisaje y en los topónimos, creando la cartografía mítica del territorio. Cuentan que los "mouros" vivieron en la Cova do Castelo o "El Túnel" de Lobarzán, que tendría una salida hacia el río Búbal. Otros dicen que los "mouros" que vivían en las Laxes das Chás, tenían un túnel que comunicaba con los de Medeiros cuando querían "robarle caballos o secuestrar a chicas jóvenes".A estos lugares habitados por los "mouros", o a peñas donde se asomaban las "mouras" encantadas, se asocian los "tesoros" que era preciso desencantar, a veces con la magia de la palabra declamada, y las palabras escritas en el gran libro de San Cipriano o Ciprianillo. Con un modesto farol de aceite, y a medianoche, se acercaban temerosos a estos lugares para romper las piedras en busca de oro.
Cuentan que cerca del pico más alto del recinto cercado conocido por O Castelo, existe una peña, al parecer insculturada, que las gentes del entorno conocen por "O Penedo do Gato". El "gato" está mirando hacia el lugar donde se encuentra sepultado un tesoro fabuloso que espera el momento de ser rescatado mediante la ejecución de determinadas ceremonias. En una ocasión, un vecino dispuesto a desencantar el tesoro fue al lugar que el "gato" señala con su mirada, cavo durante un buen espacio de tiempo, aparto una piedra y debajo de ella encontró dos salamandras terriblemente feas. Las recogió en un saco blanco que llevaba consigo y, al llegar al pueblo, las tiró dentro del patio de la casa de uno de sus hermanos con el que no se llevaba bien para que allí se produjesen los males más horrendos. Al día siguiente las dos salamandras eran dos barras de oro. Eso cuenta la tradicion.
Las leyendas hablan de tesoros, pero los relatos y las narrativas que las sociedades crean sobre el territorio, son el autentico tesoro de nuestra cultura.
La estación rupestre del Penedo do Gato/Lobarzán se localiza en un sistema de cavidades graníticas de bloques rotos, en la ladera norte del outeiro do Castelo, con un amplio dominio visual sobre las tierras bajas del valle del Búbal. Se enmarca en el conjunto arqueológico y natural de la Ceada das Chás/Castelo de Lobarzán.
Encontramos en este lugar varios indicios arqueológicos que muestran una ocupación prolongada en el tiempo en el transcurso de tres milenios, aspecto inferido tanto de las dispersiones de material perehistórico, como la presencia de un poblado fortificado altomedieval en altura en la Ceada, y los restos de la fortaleza de Lobarzán en el outeiro do Castelo.
Las primeras pinturas fueron localizadas por vecinos de la comarca, en una cavidad señalada por una formación de granito para la que fue recuperado, con la vecindad de Vilaza, el topónimo de Penedo do Gato. El grupo de espeleología A Trapa topografió más de 50 metros de galerías y pasajes, que conforman dos niveles de abrigo y cuevas diferenciados. El conjunto de pinturas está distribuído en cuatro conjuntos con tres emplazamientos muy distintos en el interior de este sistema de cavidades.
Los motivos pintados están realizados en pintura roja sobre el granito, siendo las primeras pinturas rupestres en Galicia que se encuentran en una superficie natural en este tipo de roca.
El primeramente localizado por la vecindad fue el denominado Panel 1. Posteriormente se identificaron nuevas figuras en un estrecho pasillo que denominamos Paneles 2 y 3. Finalmente se confirmo un nuevo trazo aislado que denominamos Panel 4.
La pared del Panel 1 está insertada en este sistema de cavidad de bloques, aunque a la intemperie, por lo que su preservación es un hecho extraordinario. Presenta una inclinación hacia el interior, por lo que las figuras quedan cubiertas en la propia pared de los escurrimientos superiores. La pared presenta una superficie lisa y regular, diferente en textura a las otras. Son bien visibles figuras con fuerte abstracción e hieratismo realizadas en tinta plana roja, junto con trazos sueltos aparentemente en colores semejantes.
El primer motivo localizado P1-M1, se localiza en la parte más central del panel, a unos 10 cm del nivel del suelo y resulta bien visible. Es una figura roja, de unos 25x25 cm, con forma humana esquematizada, que presenta dos amplios brazos y las piernas abiertas, con el falo marcado, aunque la pintura está desplazada. Es un motivo bien conocido en el arte esquemático peninsular, con una cronología consecuente con la que se atribuye al material cerámico, de hace unos cinco mil años.
El segundo motivo, bien visible a simple vista, está localizado a la izquierda del anterior, a unos 15cm, cerca del extremo de la pared. Tiene unos 40 cm de alto por 20 de ancho. Podría ser también una representación antropomórfica, muy esquematizada, dentro del tipo conocido como antropomorfos cruciformes.
Entre ambos motivos principales aparecen cuatro trazos sueltos, visibles con más dificultad a simple vista.
Los paneles 2 y 3 se localizan únicamente en la pared izquierda de un estrecho ramal de la cavidad principal. La superficie presenta una regularidad natural, con apariencia lisa, a diferencia de la pared contraria mucho más rugosa. Las pinturas se aplicaron directamente en la pared de la roca, que muestra motivos sencillos, pintados empleando pigmento rojo.
El Panel 2 se localiza de cara a la entrada de la galería y está constituido por varios motivos. Los más destacables son una mancha circular y dos barras horizontales, aparentemente realizados en un trazo grueso y con el mismo pigmento, que podrían integrar una única figura. En la parte superior derecha aparecen cuatro puntos con una coloración más clara. Finalmente, en el proceso de limpieza, fueron identificados varios trazos sueltos a la izquierda, también realizados en otra coloración y realizados con un instrumento de trazo más fino.
El panel 3 se localiza hacia la parte más profunda del estrecho ramal, siendo súmamente difícil situarse para poder obtener una visión general frontal conjunta del mismo. La superficie presenta suciedad y abundantes costras que impiden una buena visión de los motivos presentes. Aún así, es posible distinguir esquemas humanos o antropomorfos, que responden a modelos cruciformes, reducidos a la mínima expresión. A la derecha del cruciforme más completo, podemos ver un conjunto de tres pequeños puntos que podrían haber sido hechos con la punta de un dedo. Además aparecen esquemas abstractos, consistentes en barras oblícuas, con una inclinacion semejante, con la base hacia el interior de la galería. Finalmente, en la parte más baja, hay dos pequeños motivos, un trazo y una cruz, que presentan un color semejante al de los trazos finos del panel anterior.
Tanto la colorimetría como la composición de las pinturas aún están en fase de estudio, lo que podrá aportar más información sobre sus características.
El Panel 4 es un motivo acodado aislado, de esquema abstracto. Estos motivos, a pesar de su simpleza, son también frecuentes en el arte esquemática peninsular. Llama la atención su disposición en un lugar tan bajo y de dificil visión.
Hay que tener en cuenta que la cavidad es un sistema "vivo" e inestable, por lo que la disposición actual de algunos bloques que la configura sea posterior a la realización de las pinturas. Cerca de este motivo es observable entre los fragmentos de piedras un gran molino de vaivén que aparece removido y encajado.
La posición de los motivos en galerías estrechas y lugares bajos, así como los rellenos en el suelo, indican la posibilidad de encontrar nuevos indicios en partes actualmente no visibles.
En el suelo, entre los escombros de piedra, fueron localizados materiales de diversas épocas, algunos procedentes del alto do Castelo, y traídos al interior de la cueva por efecto de los escurrimientos.
En otros casos, se trata de materiales que parecen de aporte antrópico al interior de la cueva, como grandes fragmentos de cerámica con decoración incisa de tipo "Penha" al mismo pie del panel, o la presencia de una punta de flecha, no muy lejos del motivo antropomorfo del Panel 1.
La estación rupestre del Penedo do Gato/Lobarzán se localiza en un sistema de cavidades graníticas de bloques rotos, en la ladera norte del outeiro do Castelo, con un amplio dominio visual sobre las tierras bajas del valle del Búbal. Se enmarca en el conjunto arqueológico y natural de la Ceada das Chás/Castelo de Lobarzán.
Encontramos en este lugar varios indicios arqueológicos que muestran una ocupación prolongada en el tiempo en el transcurso de tres milenios, aspecto inferido tanto de las dispersiones de material perehistórico, como la presencia de un poblado fortificado altomedieval en altura en la Ceada, y los restos de la fortaleza de Lobarzán en el outeiro do Castelo.
Las primeras pinturas fueron localizadas por vecinos de la comarca, en una cavidad señalada por una formación de granito para la que fue recuperado, con la vecindad de Vilaza, el topónimo de Penedo do Gato. El grupo de espeleología A Trapa topografió más de 50 metros de galerías y pasajes, que conforman dos niveles de abrigo y cuevas diferenciados. El conjunto de pinturas está distribuído en cuatro conjuntos con tres emplazamientos muy distintos en el interior de este sistema de cavidades.
Los motivos pintados están realizados en pintura roja sobre el granito, siendo las primeras pinturas rupestres en Galicia que se encuentran en una superficie natural en este tipo de roca.
El primeramente localizado por la vecindad fue el denominado Panel 1. Posteriormente se identificaron nuevas figuras en un estrecho pasillo que denominamos Paneles 2 y 3. Finalmente se confirmo un nuevo trazo aislado que denominamos Panel 4.
Los paneles 2 y 3 se localizan únicamente en la pared izquierda de un estrecho ramal de la cavidad principal. La superficie presenta una regularidad natural, con apariencia lisa, a diferencia de la pared contraria mucho más rugosa. Las pinturas se aplicaron directamente en la pared de la roca, que muestra motivos sencillos, pintados empleando pigmento rojo.
El Panel 2 se localiza de cara a la entrada de la galería y está constituido por varios motivos. Los más destacables son una mancha circular y dos barras horizontales, aparentemente realizados en un trazo grueso y con el mismo pigmento, que podrían integrar una única figura. En la parte superior derecha aparecen cuatro puntos con una coloración más clara. Finalmente, en el proceso de limpieza, fueron identificados varios trazos sueltos a la izquierda, también realizados en otra coloración y realizados con un instrumento de trazo más fino.
El panel 3 se localiza hacia la parte más profunda del estrecho ramal, siendo súmamente difícil situarse para poder obtener una visión general frontal conjunta del mismo. La superficie presenta suciedad y abundantes costras que impiden una buena visión de los motivos presentes. Aún así, es posible distinguir esquemas humanos o antropomorfos, que responden a modelos cruciformes, reducidos a la mínima expresión. A la derecha del cruciforme más completo, podemos ver un conjunto de tres pequeños puntos que podrían haber sido hechos con la punta de un dedo. Además aparecen esquemas abstractos, consistentes en barras oblícuas, con una inclinacion semejante, con la base hacia el interior de la galería. Finalmente, en la parte más baja, hay dos pequeños motivos, un trazo y una cruz, que presentan un color semejante al de los trazos finos del panel anterior.
Tanto la colorimetría como la composición de las pinturas aún están en fase de estudio, lo que podrá aportar más información sobre sus características.
El Panel 4 es un motivo acodado aislado, de esquema abstracto. Estos motivos, a pesar de su simpleza, son también frecuentes en el arte esquemática peninsular. Llama la atención su disposición en un lugar tan bajo y de dificil visión.
Hay que tener en cuenta que la cavidad es un sistema "vivo" e inestable, por lo que la disposición actual de algunos bloques que la configura sea posterior a la realización de las pinturas. Cerca de este motivo es observable entre los fragmentos de piedras un gran molino de vaivén que aparece removido y encajado.
La posición de los motivos en galerías estrechas y lugares bajos, así como los rellenos en el suelo, indican la posibilidad de encontrar nuevos indicios en partes actualmente no visibles.
En el suelo, entre los escombros de piedra, fueron localizados materiales de diversas épocas, algunos procedentes del alto do Castelo, y traídos al interior de la cueva por efecto de los escurrimientos.
En otros casos, se trata de materiales que parecen de aporte antrópico al interior de la cueva, como grandes fragmentos de cerámica con decoración incisa de tipo "Penha" al mismo pie del panel, o la presencia de una punta de flecha, no muy lejos del motivo antropomorfo del Panel 1.
La pared del Panel 1 está insertada en este sistema de cavidad de bloques, aunque a la intemperie, por lo que su preservación es un hecho extraordinario. Presenta una inclinación hacia el interior, por lo que las figuras quedan cubiertas en la propia pared de los escurrimientos superiores. La pared presenta una superficie lisa y regular, diferente en textura a las otras. Son bien visibles figuras con fuerte abstracción e hieratismo realizadas en tinta plana roja, junto con trazos sueltos aparentemente en colores semejantes.
El primer motivo localizado P1-M1, se localiza en la parte más central del panel, a unos 10 cm del nivel del suelo y resulta bien visible. Es una figura roja, de unos 25x25 cm, con forma humana esquematizada, que presenta dos amplios brazos y las piernas abiertas, con el falo marcado, aunque la pintura está desplazada. Es un motivo bien conocido en el arte esquemático peninsular, con una cronología consecuente con la que se atribuye al material cerámico, de hace unos cinco mil años.
El segundo motivo, bien visible a simple vista, está localizado a la izquierda del anterior, a unos 15cm, cerca del extremo de la pared. Tiene unos 40 cm de alto por 20 de ancho. Podría ser también una representación antropomórfica, muy esquematizada, dentro del tipo conocido como antropomorfos cruciformes.
Entre ambos motivos principales aparecen cuatro trazos sueltos, visibles con más dificultad a simple vista.
Los paneles 2 y 3 se localizan únicamente en la pared izquierda de un estrecho ramal de la cavidad principal. La superficie presenta una regularidad natural, con apariencia lisa, a diferencia de la pared contraria mucho más rugosa. Las pinturas se aplicaron directamente en la pared de la roca, que muestra motivos sencillos, pintados empleando pigmento rojo.
El Panel 2 se localiza de cara a la entrada de la galería y está constituido por varios motivos. Los más destacables son una mancha circular y dos barras horizontales, aparentemente realizados en un trazo grueso y con el mismo pigmento, que podrían integrar una única figura. En la parte superior derecha aparecen cuatro puntos con una coloración más clara. Finalmente, en el proceso de limpieza, fueron identificados varios trazos sueltos a la izquierda, también realizados en otra coloración y realizados con un instrumento de trazo más fino.
El panel 3 se localiza hacia la parte más profunda del estrecho ramal, siendo súmamente difícil situarse para poder obtener una visión general frontal conjunta del mismo. La superficie presenta suciedad y abundantes costras que impiden una buena visión de los motivos presentes. Aún así, es posible distinguir esquemas humanos o antropomorfos, que responden a modelos cruciformes, reducidos a la mínima expresión. A la derecha del cruciforme más completo, podemos ver un conjunto de tres pequeños puntos que podrían haber sido hechos con la punta de un dedo. Además aparecen esquemas abstractos, consistentes en barras oblícuas, con una inclinacion semejante, con la base hacia el interior de la galería. Finalmente, en la parte más baja, hay dos pequeños motivos, un trazo y una cruz, que presentan un color semejante al de los trazos finos del panel anterior.
Tanto la colorimetría como la composición de las pinturas aún están en fase de estudio, lo que podrá aportar más información sobre sus características.
El Panel 4 es un motivo codo aislado, de esquema abstracto. Estos motivos, a pesar de su simpleza, son también frecuentes en el arte esquemática peninsular. Llama la atención su disposición en un lugar tan bajo y de dificil visión.
Hay que tener en cuenta que la cavidad es un sistema "vivo" e inestable, por lo que la disposición actual de algunos bloques que la configura sea posterior a la realización de las pinturas. Cerca de este motivo es observable entre los fragmentos de piedras un gran molino de vaivén que aparece removido y encajado.
La posición de los motivos en galerías estrechas y lugares bajos, así como los rellenos en el suelo, indican la posibilidad de encontrar nuevos indicios en partes actualmente no visibles.
En el suelo, entre los escombros de piedra, fueron localizados materiales de diversas épocas, algunos procedentes del alto do Castelo, y traídos al interior de la cueva por efecto de los escurrimientos.
En otros casos, se trata de materiales que parecen de aporte antrópico al interior de la cueva, como grandes fragmentos de cerámica con decoración incisa de tipo "Penha" al mismo pie del panel, o la presencia de una punta de flecha, no muy lejos del motivo antropomorfo del Panel 1.
La pared del Panel 1 está insertada en este sistema de cavidad de bloques, aunque a la intemperie, por lo que su preservación es un hecho extraordinario. Presenta una inclinación hacia el interior, por lo que las figuras quedan cubiertas en la propia pared de los escurrimientos superiores. La pared presenta una superficie lisa y regular, diferente en textura a las otras. Son bien visibles figuras con fuerte abstracción e hieratismo realizadas en tinta plana roja, junto con trazos sueltos aparentemente en colores semejantes.
El primer motivo localizado P1-M1, se localiza en la parte más central del panel, a unos 10 cm del nivel del suelo y resulta bien visible. Es una figura roja, de unos 25x25 cm, con forma humana esquematizada, que presenta dos amplios brazos y las piernas abiertas, con el falo marcado, aunque la pintura está desplazada. Es un motivo bien conocido en el arte esquemático peninsular, con una cronología consecuente con la que se atribuye al material cerámico, de hace unos cinco mil años.
El segundo motivo, bien visible a simple vista, está localizado a la izquierda del anterior, a unos 15cm, cerca del extremo de la pared. Tiene unos 40 cm de alto por 20 de ancho. Podría ser también una representación antropomórfica, muy esquematizada, dentro del tipo conocido como antropomorfos cruciformes.
Entre ambos motivos principales aparecen cuatro trazos sueltos, visibles con más dificultad a simple vista.